¿Quién Toma tu MALDICIÓN? (Gálatas 3:10-14)
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¿Quién Toma Tu MALDICIÓN?
Realización Divina o Realización Humana, FE u OBRAS. El camino de Dios o el camino Tuyo de la SALVACIÓN.
MALDECIDO por la Ley o BENDECIDO por la Fe Gálatas 3:10-14
“El justo vivirá por la fe.” ESTE era el VERSÍCULO, la FRASE, la VERDAD, que ENCENDIÓ el fuego de la REFORMA.
ESTE fue el pasaje que devolvió el EVANGELIO VERDADERO a los creyentes de todo el mundo.
ESTE fue el dicho que revolucionó a un monje Alemán, llamado Martín Lutero.
Él fue un hombre que trató de GANAR su salvación. Celosamente, concienzudamente, agresivamente intentó acumular suficiente MÉRITO, ganar suficiente SANTIDAD, hacer suficientes OBRAS, vivir suficiente DEVOCIÓN para realmente GANAR la salvación a través de sus propios esfuerzos.
Martín ayunó y oró hasta que quedó reducido a un mero esqueleto.
Se flageló a sí mismo con látigos, hasta que quedó hecho una masa de cortes y llagas.
El Sr. Lutero continuó haciendo penitencia y peregrinando, cualquier cosa para ser SALVO.
ENTONCES, comenzó el gran proceso del despertar. Martín leyó “El justo vivirá por la fe.” Pero al principio, no sabía lo que significaba.
Más tarde sufrió un período oscuro de enfermedad y depresión durante el cual imaginaba que estaba bajo la ira de Dios. Acostado en una cama, y temiendo morir pronto, Lutero se encontró repitiendo las palabras una y otra vez, “El justo vivirá por la fe.”
No mucho después de recuperarse, Lutero viajó a Roma, donde visitó la iglesia de San Juan de Letrán. El PAPA había prometido una indulgencia para perdonar los pecados de cualquier peregrino que subiera la escalera. Esta escalera supuestamente debía provenir de la sala del juicio de Poncio Pilato. Creyendo que estos escalones estaban manchados con la sangre de Cristo, los peregrinos se arrastraban de rodillas escaleras arriba, deteniéndose con frecuencia para rezar y besar cada uno de los llamados escalones sagrados.
Mientras subía por esta ESCALERA, Martín Lutero rezaba a la Virgen María en todos y cada uno de sus peldaños. PERO, en algún punto, en algún momento, en estas escaleras, la LUZ del evangelio amaneció en SU corazón, y Martín Lutero fue despertado por Dios.
La Palabra de Dios atravesó todas sus oraciones rituales, y tronó en su CORAZÓN. Entendió “El justo vivirá por la fe.” POR FE, NO POR OBRAS. No penitencia, no escaleras.
Martín Lutero se levantó de sus rodillas, sacudió el polvo de ese lugar, bajó valientemente esas escaleras y salió de la Iglesia de Roma para siempre.
Pronto publicó una tesis y comenzó la REFORMA Protestante. Todo por la verdad de hoy “El justo vivirá por la fe.” Martín Lutero entendió correctamente que las obras de la ley no pueden justificar a nadie, SOLAMENTE la fe puede.
Este es el mensaje con que PABLO está DURO Y DALE EN GÁLATAS. ¡No obras, sino fe!
¡No la Ley, sino la fe! No la circuncisión, la observancia del Sábado, la observancia de las leyes, el mantenimiento de una dieta específica, o la observancia de los días festivos o los días de ayuno, ¡SINO la fe! ¡No más! ¡No menos! ¡Fe!
Tus esfuerzos no pueden salvarte, solo los esfuerzos de Dios a tu favor.
Tu justicia religiosa no puede perdonarte, sólo la justicia contada de Dios.
Tus OBRAS no te darán la salvación, sino la OBRA de Cristo a tu favor PUEDE.
Las BUENAS nuevas: Dios puede salvarte a través de Su Hijo, por gracia a través de la fe.
¿Lo necesitas? SÍ. ¿POR QUÉ? Por las MALAS NOTICIAS.
La ley trae MUERTE, la fe trae VIDA. La ley CONDENA, la fe CONVIERTE.
La ley está MALDITA, la fe es la CURA. De hecho, si tratas de ganar tu salvación, no solo serás tan miserable como lo fue Lutero, eres y serás MALDECIDO por DIOS.
Escucha lo que dice Pablo en Gálatas 3 versículos 10-14.
“Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque el justo vivirá por la fe. Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, el que las hace, vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero), a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los Gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.”
Tú, yo, y todas las personas que han vivido en el planeta tierra desde el EDEN estamos en serios problemas. Dios pronuncia un JUICIO grave contra toda persona que haya vivido alguna vez. Lo ves en el versículo 10: “Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” Maldito todo en Griego significa ENTERO, TODO. Claramente, todas las leyes escritas en la LEY de Dios, estás obligado a cumplirlas TODAS. Literalmente es “estar haciéndolas todas.”
El estándar de Dios es la PERFECCIÓN. No se permiten errores, ni un solo PECADO.
Dios requiere nada menos que la obediencia total a TODA LA LEY.
La ley perfecta de Dios es para todos. Para JUDÍOS, GENTILES, PAGANOS, NO IMPORTA. Los que han oído de Cristo y los que no han oído de Cristo. CADA SER HUMANO está obligado a OBEDECER perfectamente a su creador, a obedecer Su ley.
De hecho, no solo debemos guardar la ley de Dios, sino que todos deben guardar la ley de Dios CONTINUAMENTE. Dios requiere obediencia continua a Su voluntad revelada. Hacerlo es la única forma de vivir, ya que refleja el carácter de Dios. Así es como fuiste diseñado para vivir, la MEJOR manera. PERO la gente no lo hace, tus amigos no lo hacen, tu familia no lo hace, y tú no lo haces.
Lo que es aún más exigente es que LA LEY debe ser cumplida en su totalidad.
No puedes fallar ni UNA VEZ. Santiago 2:10 grita “Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos.”
ENTIENDE ESTO.
El castigo por no cumplir con el estándar perfecto de Dios es la maldición justa de Dios. Todo transgresor de la ley está sujeto a la condenación divina, como dice el Catecismo de Westminster: “¿Qué merece cada pecado?” RESPUESTA: “Todo pecado merece la ira y la maldición de Dios, tanto en esta vida como en la venidera.”
La doctrina de la depravación se enseña en todas partes en las Escrituras.
1 Reyes 8:46 “Pues no hay hombre que no peque.”
Isaías 53:6 “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino.”
Romanos 3:10 “No hay justo, ni aun uno.”
Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.”
¡Estamos condenados por nuestro pecado y ahora no podemos responder para pedir ayuda!
Lo que la Biblia dice acerca de la naturaleza humana está CONFIRMADA por la historia humana que es una historia miserable de GUERRA y CONGOJA. La pecaminosidad de la humanidad está confirmada por tus vecinos rudos, por las mentiras de tus compañeros de trabajo, y el egocentrismo de la gente en la calle y en la tienda. Lo confirman los pequeños desacuerdos dentro de tu familia.
Pero la doctrina de la depravación total escribe su prueba más convincente en nuestros propios corazones.
Tu propia conciencia culpable debería ser suficiente para convencerte de que no eres digno de Dios.
¿Alguna vez estiras la verdad? ¿Alguna vez robas? ¿Alguna vez dices una palabra desagradable? ¿Alguna vez has tenido un pensamiento lujurioso? Si es así, entonces la ley de Dios te condena como un maldito mentiroso, ladrón, pervertido, y asesino.
ASÍ QUE …
Si es verdad que, versículo 10, “todos,” sin excepción, son condenados por la maldición de la ley, entonces, ¿por qué alguien intentaría basar la salvación en guardar la ley?
QUE ES el punto de Pablo en los versículos 10-14. Todo el que depende de la ley ESTÁ bajo maldición porque la ley maldice a todo el que la quebranta, Y todo el mundo lo hace.
Irónicamente, al abogar por la obediencia a la ley, ¡los Judaizantes NO estaban ESCAPANDO LA MALDICIÓN DE DIOS sino en realidad ACOGIENDO la MALDICIÓN de Dios! De todos modos, estos Judaizantes defendieron fuertemente la necesidad de guardar la Ley Mosaica para poder ser salvo. Pero eso es INSENSATEZ. Abraham no sólo fue declarado justo acerca de 14 años antes de ser circuncidado, sino Abraham se salvó más de 500 años antes de que Dios revelara Su ley a Moisés en el Sinaí. Isaac, Jacob, José, y muchos otros creyentes Hebreos TODOS vivieron y murieron mucho antes de que Dios diera la ley escrita.
TAL COMO debieron saber los Judaizantes y sus víctimas Gálatas, que la justificación es por la fe, y no por la circuncisión, también deberían haber sabido que tampoco es por la Ley.
Por lo tanto, después de mostrar lo que la fe puede hacer en los versículos 6-9, Pablo ahora muestra lo que las obras no pueden hacer en los versículos 10-14. Y en toda esta sección, versículos 6-14, verás que Pablo basa su argumento sólidamente en la Escritura del Antiguo Testamento. Los versículos 6–7 de Gálatas 3 citan Génesis 15:6, los versículos 8–9 citan Génesis 12:3. El versículo 10 cita Deuteronomio 27:26. El versículo 11 cita Habacuc 2:4. El versículo 12 cita Levítico 18:5. Los versículos 13–14 citan Deuteronomio 21:23. Todo esto prueba a los Judaizantes, usando su propia escritura, que la salvación es por fe, no por obras.
Entonces, basado en la PALABRA de Dios, la salvación es solo por FE, y NO por ceremonia, dieta, circuncisión, buenas obras, o devoción. No puedes ganar tu salvación, dice Pablo.
#1 Detén todos los intentos de GANAR tu salvación guardando la ley. 10-11a
Si la LEY no puede bendecirnos, entonces ¿cómo podemos recibir la bendición de Dios o la salvación de Dios?
Esta es la pregunta con la que Pablo ha estado luchando a lo largo de esta carta.
¿Cómo me mantengo en una relación correcta con Dios? ¿Cómo puede Dios aceptarme?
¿Qué debo hacer para ganar Su favor? ¿Cómo puedo ser justificado?
Hay dos posibilidades: O estoy justificado por las obras de la ley o estoy justificado por la fe en Jesucristo. Otra forma de decirlo, estoy justificado por el logro humano o estoy justificado por el logro divino.
Estoy justificado por MI HACER o estoy justificado por CREER lo que Dios HA HECHO.
Esto no solo EXPLICA POR QUÉ un Católico, Musulmán, Hindú, o Budista no puede ser salvo, sino también EXPONE a los llamados Cristianos que confían en la emoción, la experiencia, o la teología para la salvación en lugar de la FE en la persona y obra de Cristo solo. PABLO ES SÚPER DIRECTO en el versículo 10-11.
1) No trates de guardar la Ley para la salvación, la Ley MALDICE. 10a
Versículo 10 “Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición.”
Entiende esto, UNA MALDICIÓN es un juicio divino que trae la sentencia de la condenación. La IDEA que Pablo está comunicando aquí es simple. TODOS los que confían en las obras de la ley para la salvación están bajo una MALDICIÓN. Estás condenado porque no puedes hacerlo. NADIE puede salvarse viviendo la ley. No eres justificado por OBRAS, eres justificado por FE.
Los que “confían en las obras de la ley” son personas que quieren ser aceptadas en base a sus propios méritos. Esperan que Dios los justifique porque hacen las cosas correctas, dicen las cosas correctas, van a la iglesia correcta, tienen una familia Cristiana, creen en la doctrina correcta.
Pero ESE enfoque es una perversión legalista de la LEY.
Cualquiera que trata de ser justificado trabajando la ley está intentando lo imposible, ya que Dios no nos dio la ley PARA HACERNOS BUENOS.
Parte del propósito de la ley es MOSTRARNOS lo MALOS que realmente somos.
Es completamente inútil / totalmente imposible tratar de estar bien con Dios guardando la ley.
La ley es una cuestión de desempeño, pero es imposible. Incluso si la justificación pudiera venir por la ley, NUNCA podríamos ser justificados, porque no podemos guardar toda la ley.
ASÍ QUE, el problema con la ley no es la ley, el problema con la ley es nuestro pecado.
Como no podemos guardar la ley, la ley no puede bendecirnos. Todo lo que puede hacer es maldecirnos, mostrándonos nuestro pecado y colocándonos bajo la condenación de la ira de Dios. Entonces Pablo agrega …
2) No trates de guardar la Ley para la salvación, la Ley requiere PERFECCIÓN. 10b
Versículo 10b “pues escrito está: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.”
Pablo aclara su punto al citar a Moisés en Deuteronomio 27:26.
El énfasis de este desafío es la expectativa de la LEY de cumplir TODAS LAS COSAS.
Para ganar tu salvación por la ley, significa que DEBES guardar TODA LA LEY y TODAS LAS COSAS EN LA LEY sin excepción. PERO el problema de hacer eso, es que te pone bajo la MALDICIÓN de la condenación, porque nadie ha guardado toda la ley, excepto Cristo.
Pablo ES claro, Perfección, TODAS LAS COSAS en la ley, y debes HACER / realizar TODAS ELLAS.
Pablo incluso confesó su incapacidad para guardar la ley como un Fariseo devoto. Él testificó que, Romanos 7:10, “este mandamiento, que era para vida, a mí me resultó para muerte.” Aún como un creyente Pablo dijo, Romanos 7:25, “Yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado.”
Si ALGUIEN orgullosamente insiste en vivir por la ley, (tratando de ganar su salvación) los maldecirá (los condenará al infierno), no los salvará, porque ellos no pueden HACERLO.
3) No trates de guardar la Ley para la salvación, la Ley no puede JUSTIFICAR a un pecador. 11a
Versículo 11 “Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente.”
Es obvio. La fe y las obras operan según principios diferentes.
Son dos formas completamente diferentes de vivir, creyendo O haciendo.
Si vivimos por fe, confiamos en Dios (creemos en Dios) para que nos justifique por medio de Jesucristo.
CUANDO Pablo predicó en Hechos 13:38–39, declaró claramente “que de todas las cosas de que no pudisteis ser justificados por la ley de Moisés, por medio de Él, todo aquel que cree es justificado.”
En cambio, si vivimos de las obras, contamos con nuestra propia contribución, nuestros propios esfuerzos, nuestras propias buenas obras, para hacernos plenamente aceptables a Dios.
Pero no podemos tenerlo de AMBAS MANERAS. Creer y hacer son mutuamente excluyentes. O confiamos en Dios para que nos justifique por la fe o tratamos de justificarnos por las obras.
Fe y obras, son como un hombre que tiene UN PIE en el muelle y UN PIE en su barco. A medida que el barco comienza a alejarse del muelle, tendrá que tomar una decisión, o de lo contrario terminará en el agua.
Como explicó Juan Calvino, son dos formas contrarias de vivir: “La ley justifica al que cumple todos sus mandamientos, mientras que la fe justifica a los que están desprovistos del mérito de las obras y confían solo en Cristo. Ser justificados por nuestro propio mérito y por la gracia de otro son irreconciliables.”
Y nadie puede ser justificado por la LEY. Asi que …
#2 Solo depende de la FE sola para tu salvación. 11b-12
Pablo ilustra estos dos opuestos, fe u obras, AHORA, del Antiguo Testamento. En el versículo 11 cita al profeta Habacuc “porque el justo vivirá por la fe.”
Deberías escuchar el versículo completo. Habacuc 2:4 “He aquí el orgulloso: en él, su alma no es recta, mas el justo por su fe vivirá.”
Este también fue un versículo muy importante para Pablo, ya que impulsa el tema del libro de Romanos.
En el contexto original, las palabras de Habacuc condenaron el orgullo de los Babilonios que conquistaron a Jerusalén. El profeta los acusó de confianza orgullosa en sí mismos.
Ellos “no estaban bien en relación con Dios. En lugar de confiar en Él, estaban apartados de Dios en un espíritu de autosuficiencia, confiando SÓLO en sí mismos.”
Pero NO es así como Dios quiere que viva Su pueblo. Él quiere que vivan por fe.
Los que viven por FE son los justificados, los que han sido declarados justos por Dios. Ahora que son salvos por fe, deben vivir por fe, como lo hizo Abraham. En lugar de confiar en sí mismos, deben confiar en Dios.
Si eres salvo por fe, y es fe salvadora, vivirás por esa misma fe. La fe debe caracterizar tu relación con el Señor de principio a fin.
El pasaje de Deuteronomio en el versículo 10 prueba que la justificación no puede ser por la Ley, y el pasaje de Habacuc aquí en el versículo 11 prueba que debe ser por la fe.
Los caminos de la ley y la fe son mutuamente excluyentes. Vivir de acuerdo con la ley es vivir por esfuerzo propio y conduce inevitablemente al fracaso, la condenación, y la muerte.
Vivir por fe es responder a la gracia de Dios y conduce a la justificación y a la vida eterna.
La salvación nunca puede ser por LOGRO HUMANO.
La salvación es sólo por LOGRO DIVINO.
1) Evita depender de la LEY, porque la Ley no es de FE. 11b
El versículo 12 comienza con esta frase “Sin embargo, la Ley no es de fe.”
La ley, escrita en Éxodo 20 hasta Levítico, opera sobre una base diferente a la fe.
Las únicas bendiciones que la LEY tiene para ofrecer son para aquellos que la cumplen. Y la ley podría salvarnos si pudiéramos guardar cada ley perfectamente. El problema es que NADIE puede.
Y Pablo nos recuerda el versículo 12 “la LEY no es de FE.” No es una creencia dependiente. El principio de la ley es vivir haciendo, y el principio de la fe es vivir mediante la creencia dependiente.
Esto es como los dos viejos amigos poniéndose al día después de no verse durante 20 años. Durante la comida, comenzaron a hablar de cosas espirituales.
El amigo que vino de fuera del pueblo dijo que no había pecado en 20 años.
Esto sorprendió al amigo local que no pudo responder.
Mientras intentaba pensar en una respuesta, la camarera llegó con su comida y, en su descuido, tiró toda la comida en el regazo del llamado amigo sin pecado.
Reaccionó maldiciendo y reprendiendo a la camarera. A lo que su amigo, con una sonrisa, dijo: “Bueno, ¡supongo que tu racha sin pecado ha terminado!”
Si pudiéramos guardar la ley, podríamos ser justificados por la ley. Pero no podemos, así que no lo haremos.
2) Evita depender de la LEY, porque la Ley exige la OBEDIENCIA perfecta. 12
Versículo 12 “Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, el que las hace, vivirá por ellas.”
Hay dos maneras de ser justificado. Uno es por las obras de la ley.
Pero esto está destinado al fracaso porque nadie puede seguir haciéndo todo lo que está escrito en la ley, ni siquiera un hombre que dice que no ha pecado en 20 años.
La otra forma de ser justificado es por la fe, que es lo único que puede hacer que un pecador sea justo ante Dios. Martín Lutero explicó la forma verdadera en que Dios justifica a los pecadores de esta manera:
Dios hablando “Si quieres aplacarme, no Me ofrezcas tus obras y méritos. Pero cree en Jesucristo, Mi único Hijo, que nació, que padeció, que fue crucificado, y que murió por tus pecados. Entonces te aceptaré y te declararé justo.”
En el versículo 12, Pablo está citando otro texto del Antiguo Testamento, usando la Escritura contra los Judaizantes mostrándoles que la salvación por obras y la salvación por creer ambas no pueden ser correctas.
“Sin embargo, la Ley no es de fe; al contrario, el que las hace, vivirá por ellas.”
La ley escrita de Dios misma marca el peligro de tratar de vivir de acuerdo con su estandar, que es la perfección. Si estás confiando en las obras de la ley como tu medio de salvación, entonces tienes que vivir por ellos, OBEDECERLOS perfectamente.
No hagas eso, sino …
#3 Cuenta solo con CRISTO, quien tomó tu MALDICIÓN / CASTIGO. 13
Versículo 13 “Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero).”
Este versículo es un recordatorio del castigo mencionado por primera vez en el versículo 10.
El castigo o MALDICIÓN de la ley es la ira de Dios. La ley de Dios pronuncia una maldición sobre todos los que no la guardan, no la guardan toda, y no la guardan perfectamente. Es una maldición bajo la que todos estamos.
Por lo tanto, si vas a ser salvo / bendecido, la maldición debe ser eliminada. Y esto es lo que Cristo estaba haciendo en la cruz, redimiendo a Su pueblo del castigo maldito de la ley.
REDIMIDO es una palabra comúnmente usada para comprar la libertad de un esclavo.
Cristo justifica a los que creen en Él comprándolos de la esclavitud del pecado.
El precio que pagó fue el único lo suficientemente alto para redimir a toda la humanidad. 1 Pedro 1:19 “con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo.”
REDENCIÓN describe el pago de un precio.
NIÑOS, es como el cupón en la parte superior de una caja de cereales que se puede “canjear” por un premio.
PERO la palabra Griega “redención” te coloca en el ágora. El mercado central de tu ciudad donde los seres humanos capturados pasaron por la indignidad de ser vendidos como piezas de propiedad para convertirse en esclavos de otro. Para obedecer los deseos de otra persona por un precio pagado.
A veces, las personas se vendían como esclavas por una temporada. A veces, un amigo o pariente compraba a un esclavo del cautiverio y lo liberaba. Cuando fuera redimido, el esclavo sería liberado mediante el pago de un rescate.
Por lo general, el precio del rescate lo paga el mejor postor. Con la redención de los hijos de Dios, atados a la esclavitud del pecado, EL PRECIO fue el rescate más alto de todos.
Hemos sido redimidos por la sangre misma de Jesucristo. Como dice Mateo 20:28b “el Hijo del Hombre vino … para dar Su vida en rescate por muchos.”
Para pagar este rescate invaluable, Jesús tuvo que soportar la MALDICIÓN de Dios por el pecado. El versículo 13 dice “Maldito todo el que cuelga de un madero.”
Para comprender lo que eso significa, debes conocer la ley del Antiguo Testamento para la ejecución de un criminal.
Deuteronomio 21:22-23 “Y si un hombre ha cometido pecado digno de muerte, y se le ha dado muerte, y lo has colgado de un madero, su cuerpo no colgará del madero toda la noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es maldito de Dios), para que no contamines la tierra que el Señor tu Dios te da en heredad.”
En el Judaísmo antiguo, un criminal, generalmente ejecutado por lapidación, era atado a un poste, un tipo de madero, donde su cuerpo colgaba hasta la puesta del sol como un recordatorio visible del rechazo de Dios hacia él y las consecuencias del crimen. No es que una persona fuera maldita por ser colgada de un madero, sino que era colgada de un madero porque era maldita. Jesús no Se hizo maldición porque fue crucificado, sino que fue crucificado porque Se hizo maldición al tomar el pecado del mundo sobre Sí mismo.
El objetivo de colgar a un criminal de esta manera era exponer su crimen capital a la vergüenza pública. Subir su cuerpo a un madero demostró que estaba bajo la maldición de Dios. Pero no se debía dejarlo en el madero durante la noche, porque esto sería una ofensa a Dios.
ESA VERDAD fue extremadamente difícil de aceptar para la mayoría de los Judíos porque no podían imaginar que su Mesías fuera maldecido por Dios O que tuvieran que colgarlo de un madero.
PERO en lugar de ocultar este hecho, los apóstoles en la iglesia primitiva, en realidad llamaron la atención sobre eso.
1 Pedro 2:24 “Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero.”
Versículo 13 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros.”
¡Esto es increíble! Jesús nos redimió NO “tomando una maldición” sino “habiéndose hecho maldición.” Como 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él.”
Jesús fue tratado como si fuera un pecador. Fue tratado como responsable de todo lo que una persona malvada sería responsable. Hablando legalmente, Él se hizo pecado.
¿Por qué es eso tan importante?
Porque muestra lo que te pasa a TI cuando TÚ crees.
Si Jesús “Se hizo” pecador por TI, entonces tú te has “hecho” justo de la misma manera.
Si Cristo tomando la maldición significa que fue considerado por Dios como un pecador, entonces tú recibiendo la bendición / salvación significa que eres considerado por Dios como si fueras perfectamente justo e impecable. ¡GUAU! Mírate, IMPECABLE.
La salvación significa mucho más que el perdón y el cielo.
Cuando escribes en un pizarrón, lo borras, pero aún queda polvo de gis. ¡Restos!
PERO, NO con Cristo y la salvación verdadera. Cuando tu pecado es castigado en Cristo, Y Su justicia te cubre, AHORA eres un pizarrón nuevo de paquete de Costco.
Totalmente cambiado, un pizarrón totalmente nuevo, completamente justo a los ojos de Dios. ¡Sin restos!
No simplemente te borraron el pizarrón, sino que te has vuelto perfecto a los ojos de Dios.
Y permaneces perfecto a la vista de Dios. Y no comienzas confiando en la maldición de Cristo, en el MADERO por nosotros, LUEGO, más tarde, continúas a través del esfuerzo humano, como si ahora debes ganar la bendición continua de Cristo. No. ¡Has sido hecho JUSTO! (Anteriormente en el versículo 1, Pablo llamó esto “insensatez.”)
Mira el versículo 13 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros.”
La palabra “por” significa “en nombre de” o “en lugar de,” apuntando a la expiación sustitutiva. Jesús fue nuestro sustituto. Él recibió la maldición que nos ganamos (versículo 13) para que podamos recibir la bendición que Él ganó (versículo 14). Nuestros pecados y maldición son dados, O imputados, a Cristo. Y Su justicia, bendición, y Espíritu nos son imputados.
No puedes guardar la ley para ser perfecto, pero fuiste hecho perfecto POR LA FE en Cristo.
Entonces, Pablo concluye con …
#4 Acoge solo la obra de Cristo para traer la REGENERACIÓN a TODOS los hombres por la fe. 14
La Obra de Cristo completa la promesa a Abraham, de la regeneración a los Gentiles por la fe.
Dice en el versículo 14 “A fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los Gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.”
El amor de Cristo es alucinante. Jesús fue crucificado para quitar la maldición.
Dado que todos los creyentes verdaderos ya no están sujetos a la pena de muerte de la ley, puedes recibir la promesa del evangelio.
Ahora, en el versículo 14, Pablo resume todo lo que ha estado enseñando en este capítulo. Él te recuerda la bendición dada a Abraham, que es una posición perfecta con Dios.
Abraham fue salvo por la fe y en Abraham serían benditos todos los pueblos de la tierra. Significado: Los Gentiles pueden nacer de nuevo. Y Pablo celebra, la promesa de la regeneración por el ESPÍRITU viene a través de la FE, de la misma manera que Abraham fue salvo.
Todas estas bendiciones nunca podrían venir por las obras de la ley, por vivir bien, o por ser amable. El versículo 14 afirma que vienen solamente “en Cristo Jesús.” Cuando estás en UNIÓN con Cristo, todas las bendiciones de Dios te llegan. Y llegas a estar en unión con Cristo, a través de la salvación por la fe.
Todas las bendiciones de Dios vienen a ti, SOLAMENTE a través de la fe en la cruz de Cristo.
A través de la antigua cruz maldita las naciones del mundo pueden recibir el perdón de sus pecados.
A través de la antigua cruz maldita TÚ eres aceptado por la gracia justificadora de Dios.
A través de la antigua cruz maldita TÚ recibes el Espíritu Santo prometido. Su persona, frutos, y dones.
Todo esa observancia externa de la LEY no puede hacer nada. Pero la Fe puede transformarte internamente por Su Espíritu.
TÚ recibes todas estas bendiciones por FE en el Cristo crucificado, no obras, ¡Fe!
La fe merece tener la última palabra. ¿POR QUÉ? Porque fe es la última palabra en el versículo 14.
Lo que fue una maldición para Cristo, se convierte en la SALVACIÓN para TI. Por fe.
LLEVAR A CASA:
A. La justificación / salvación / regeneración es por FE.
Entonces, ¿qué es la FE JUSTIFICADORA?
La fe justificadora involucra la renuncia a uno mismo. Te despojas de toda confianza en tus propias obras y méritos. Te ves a ti mismo como merecedor de castigo por tu pecado, pero sabes que la única forma en que puedes ser rescatado de una condenación justa es que Dios sea misericordioso contigo.
La fe justificadora involucra la dependencia en el Señor.
Ya no dependes de TI MISMO ni de NADIE MÁS. No miras adentro, no esperas por los sentimientos, no buscas una experiencia, confías plenamente en quién es Cristo y en qué hizo Cristo al tomar tu MALDICIÓN, tu castigo.
La fe justificadora involucra la apropiación. Tú, como pecador, recibes con gratitud el don gratuito del perdón que Cristo ofrece, buscando solo seguirlo mientras te sometes a Su autoridad.
La fe justificadora no tiene que ser una fe fuerte, solo tiene que ser fe VERDADERA.
Y la fe VERDADERA no solo trae la salvación a TI, sino gloria a Aquel que salva.
B. La justificación por FE significa que la salvación es un DON GRATUITO.
No trates de ganártelo, O ser lo suficientemente amable, o pensar que eres salvo, o mirar hacia adentro, o simplemente creer en la sana doctrina, o seguir el patrón de la familia, o buscar una experiencia.
Agregar al evangelio de la gracia solo destruye el evangelio verdadero.
Intentar ganar la salvación en cualquier grado le roba a Dios Su gloria. Es insultar a Dios. Dios, en Su gracia, extiende Su mano y dice, simplemente “Tómalo. Es un regalo. No haces nada por ello. No Me debes nada a cambio.” Ya que eso es cierto, acéptalo. Acepta el regalo de una vez por todas a través de un acto de fe simple. Luego continúa dependiendo del Señor por fe mientras permaneces firme en la verdad de que tu salvación desde el principio hasta el final, justificación, santificación, y glorificación, es tuyo como un regalo de Su mano. Confía totalmente en la obra terminada de Jesucristo. Él sufrió, murió, y resucitó por ti.
C. La justificación es mucho más que el PERDÓN y el cielo.
A través del “Espíritu de la promesa,” a todos los creyentes se les da un río de gracia, lleno, fluido, refrescante, fructífero, y gratis. Tienes una naturaleza nueva. “He aquí, todas las cosas son hechas nuevas.” El Espíritu Santo que mora en ti, con Su guía, fruto, dones, servicio, fuerza, todo para ti.
AHORA por fe, Dios es tu Padre y tu amigo, Cristo es tu Rey y ejemplo, y todo Cristiano nacido de nuevo es tu hermano o hermana en una familia eterna para siempre.
YA NO ESTÁS MALDITO, AHORA eres LA PERSONA MÁS BENDECIDA del planeta.
No envidies a los PERDIDOS, no codicies a los RICOS, no busques el PODER político.
TÚ tienes más riquezas y más poder que nadie en la tierra, todo por lo que Jesús HIZO POR TI.
Hoy, determina VIVIR digno del EVANGELIO de la GRACIA.
Oremos.
Padre Celestial, Te pedimos que trabajes en medio de nosotros de tal manera que Te honres y Te glorifiques. Padre, tal vez hay uno o dos aquí hoy que están tratando de ganarse el camino al cielo, que finalmente se sentirían lo suficientemente humildes como para decir ‘No puedo hacerlo,’ ‘no hay manera de que se puede hacer.’ Te pedimos que comiences ese proceso, como Martín Lutero, de atraerlos hacia Ti.
Padre, para el resto de nosotros, es más que simplemente entender que “no estoy bajo la maldición de la ley.” Padre, es vivir cada día por fe, confiando en Tu obra, reconociendo cuán bendecidos somos, reconociendo cuánto odiamos nuestro propio pecado, y lo vemos. Es recordar que estamos ante Ti impecables, perdonados, limpiados, lavados, nuevos. No con una pizarra limpia, sino con una pizarra completamente nueva. Listos para el cielo. Listos para estar en Tu presencia.
Ayúdanos a celebrar lo que has hecho por nosotros. Ayúdanos a celebrar la forma en que nos liberaste de la esclavitud del pecado. Aunque todavía luchamos, y de vez en cuando recordamos nuestra necesidad desesperada de misericordia y gracia, hemos sido liberados. Ayúdanos a crecer en empatía y compasión por aquellos que todavía están en cautiverio con todas sus excusas, con todos sus argumentos intelectuales, con todo su deseo de vivir fuera de Tu deseo, plan, y voluntad para ellos. Oramos, Padre, para que los aplastes y despiertes a familiares y amigos por los que hemos estado orando, y los atraigas hacia Ti.
Te daremos toda la gloria en el nombre de Jesús. Amén.